Los piratas que estábamos sentados nos fuimos incorporando recelosos, mirábamos a Silver a ver si su cara denotaba preocupación, pero en ésta no asomaba ninguna reacción.
Continuamos nuestro camino a través del silencioso y tupido bosque, todavía quedaba mucho camino para llegar al Acantilado Del Muerto. Ese era el lugar en el que el mapa señalaba el sitio en el que se encontraba el tesoro…
- Calla calla: dijo Merry ¿no oyes pasos?
- ¡Sí, sí, escucho cómo se aproxima alguien!
- No sé quien puede ser, deberíamos escondernos. Dijo el pirata del parche en el ojo.
- ¡Vamos, no puede ser que unos piratas tengan miedo! -Dijo el recién llegado.
Todos nos quedamos estupefactos, teníamos frente a nosotros al malvado Flint, el temible pirata de la pata de palo.
- No temáis, no me voy a comer a nadie, ¡de momento! Sólo quiero ir con vosotros hasta el Acantilado Del Muerto, pues yo también quiero una parte de ese tesoro.
Los piratas nos miramos unos a otros, sabíamos que si le contradecíamos, aunque nosotros éramos más numerosos Flint era capaz de acabar con todos, así que para no tener problemas asentimos en el trato, y nos dirigimos todos en busca del tesoro.
lunes, 31 de enero de 2011
domingo, 30 de enero de 2011
Ibrahima Hernández Torrejón 2ºD Una historia de piratas.
Los piratas seguían caminando y oyendo aquella extraña voz, hasta que de pronto dieron con la persona. Era un chico de baja estatura, rubio, con ojos azules que había gastado una broma a los piratas.
-¿ Quién diablos eres? - preguntó Silver.
- Perdonad, no quise asustarlos. Lo siento.
Ví como los piratas se quedaron atontados tras oír la voz de aquel joven. Silver le dijo que los siguiera, mientras seguían cantando. ´´...Quince hombres sobre el baúl del muerto..... ¡ Yujujú, y una botella de ron!...´´Observé que el joven era muy tranquilo, aunque estaba un poco nervioso. Los piratas se acercaban a él e intentaban hablar con él, pero seguía igual, con timidez y no respondía a todas las preguntas que le hacían.
-Y por cierto, ¿ cómo te llamas? - preguntó uno de los piratas.
- Graham. - contestó el joven.
Los piratas continuaban por el bosque, ya se iba oscureciendo poco a poco.Se durmieron pronto, tirados en el césped del bosque igual que yo.
Tras una noche tranquila, miré hacia los piratas cómo se despertaron y Graham también. Era temprano pero yo sabía que iban a encontrar el tesoro y les tocaba un largo recorrido en busca de él.
Tras una hora caminando, los seguía cada paso hasta que encontraron una casa de madera. Parecía una casa antigua y mal cuidada.
Me escondí detrás de un árbol y de repente Silver abrió y...¡ era el tesoro! Tras una hora caminando observé que había merecido la pena que los piratas y yo camináramospor el bosque en busca del tesoro.
Los piratas y el joven lo celebraron a lo grande con ron y cervezas. Yo estaba agotado, y de repente se me cayó una piedra que llevaba en el bolsillo y los piratas me oyeron. Reaccionaron de forma espectacular, ya que me invitaron a comer y me convertí en un pirata más.
- Perdonad, no quise asustarlos. Lo siento.
Ví como los piratas se quedaron atontados tras oír la voz de aquel joven. Silver le dijo que los siguiera, mientras seguían cantando. ´´...Quince hombres sobre el baúl del muerto..... ¡ Yujujú, y una botella de ron!...´´Observé que el joven era muy tranquilo, aunque estaba un poco nervioso. Los piratas se acercaban a él e intentaban hablar con él, pero seguía igual, con timidez y no respondía a todas las preguntas que le hacían.
-Y por cierto, ¿ cómo te llamas? - preguntó uno de los piratas.
- Graham. - contestó el joven.
Los piratas continuaban por el bosque, ya se iba oscureciendo poco a poco.Se durmieron pronto, tirados en el césped del bosque igual que yo.
Tras una noche tranquila, miré hacia los piratas cómo se despertaron y Graham también. Era temprano pero yo sabía que iban a encontrar el tesoro y les tocaba un largo recorrido en busca de él.
Tras una hora caminando, los seguía cada paso hasta que encontraron una casa de madera. Parecía una casa antigua y mal cuidada.
Me escondí detrás de un árbol y de repente Silver abrió y...¡ era el tesoro! Tras una hora caminando observé que había merecido la pena que los piratas y yo camináramospor el bosque en busca del tesoro.
Los piratas y el joven lo celebraron a lo grande con ron y cervezas. Yo estaba agotado, y de repente se me cayó una piedra que llevaba en el bolsillo y los piratas me oyeron. Reaccionaron de forma espectacular, ya que me invitaron a comer y me convertí en un pirata más.
Gisela Rivero Mesa 2ºD Una historia de piratas
Entonces salió Flint muerto de la risa.
-Habéis picado. ¡¡¡ Ja ja ja!!! Qué tontos para no darse cuenta.
-No nos hace gracia. Nos hemos asustado.
Cuando de repente oímos de nuevo:
"...quince hombres sobre el baúl del muerto...
¡yujuju, y una botella de Ron!..."
Flint dijo:
-Esta vez no he sido yo.
-¿Entonces quien ha sido?, dijeron los piratas.
Nos asustamos mucho y empezamos a correr hasta que encontramos un refugio.
-Menos mal, estamos salvados.
Y no volvimos a ese bosque más, ya que no nos olvidaremos nunca de ese momento.
-Habéis picado. ¡¡¡ Ja ja ja!!! Qué tontos para no darse cuenta.
-No nos hace gracia. Nos hemos asustado.
Cuando de repente oímos de nuevo:
"...quince hombres sobre el baúl del muerto...
¡yujuju, y una botella de Ron!..."
Flint dijo:
-Esta vez no he sido yo.
-¿Entonces quien ha sido?, dijeron los piratas.
Nos asustamos mucho y empezamos a correr hasta que encontramos un refugio.
-Menos mal, estamos salvados.
Y no volvimos a ese bosque más, ya que no nos olvidaremos nunca de ese momento.
Cuento de piratas. Alberto Reyes del Castillo 2º D
… cuando Silver dijo eso a todos se nos calmó el rostro. Ellos pensaron fugazmente que volverían al barco y todo acabaría, pero yo les devolví a la realidad y les recordé que estábamos en medio de un bosque muy siniestro y que el camino de vuelta no sería fácil.
- Venga muchachos, vamos a dejarnos de hablar y volvamos pronto al barco. Dije yo.
- Eso es, venga vamos. Dijo Merry.
Durante el camino el supuesto Flint siguió apareciendo repentinamente y cantando aquella canción.
Pero el gran momento fue cuando una serpiente no muy grande que solo quería jugar se le enrolló en el pie a Merry.
- ¡Ah! ¡Una serpiente me ataca! Gritó.
- ¡Calmate Merry! Le dije.
Pero en ese momento, él, asustado la partió en dos con su espada.
Y finalmente llegamos al barco y justo en aquel momento descubrimos que el que parecía ser Flint no lo era puesto que se encontraba durmiendo en el barco.
- ¿Chicos si ese de ahí es Flint quien es el que canta?
En ese momento todos miramos atrás y...
Era una pequeña criatura autóctona que al parecer cantaba muy bien.
Y así terminó nuestra aventura en aquella isla tan rara.
- Venga muchachos, vamos a dejarnos de hablar y volvamos pronto al barco. Dije yo.
- Eso es, venga vamos. Dijo Merry.
Durante el camino el supuesto Flint siguió apareciendo repentinamente y cantando aquella canción.
Pero el gran momento fue cuando una serpiente no muy grande que solo quería jugar se le enrolló en el pie a Merry.
- ¡Ah! ¡Una serpiente me ataca! Gritó.
- ¡Calmate Merry! Le dije.
Pero en ese momento, él, asustado la partió en dos con su espada.
Y finalmente llegamos al barco y justo en aquel momento descubrimos que el que parecía ser Flint no lo era puesto que se encontraba durmiendo en el barco.
- ¿Chicos si ese de ahí es Flint quien es el que canta?
En ese momento todos miramos atrás y...
Era una pequeña criatura autóctona que al parecer cantaba muy bien.
Y así terminó nuestra aventura en aquella isla tan rara.
MARIA FORNOS LORENTE 2º D. La isla del tesoro
Seguimos caminando; de repente, entre esas plantas silvestres sonó una voz cavernosa, era él, un rostro muy peculiar, tenía la piel desgarrada y un ojo de cristal, era el temeroso Jack.Todos nos quedamos asombrados de volver a verle y él nos miró con rostro burlón, y nos dijo:
- ¿Qué pensaban? ¿ qué no me volverían a ver? Pues aquí estoy, dispuesto a hacerles la vida imposible…jajajajaja.
Juan fue el único que se atrevió a hablar:
- Pensábamos que te habías ahogado en el naufragio, durante la tormenta.
Jack contestó:
- Pues así fue, pero alguien, una criatura marina muy extraña, me sacó a flote, pero con una condición, que hoy al anochecer le llevara conmigo de comida a un humano. Y aquí estoy para cumplir mi promesa.
- ¿Qué pensaban? ¿ qué no me volverían a ver? Pues aquí estoy, dispuesto a hacerles la vida imposible…jajajajaja.
Juan fue el único que se atrevió a hablar:
- Pensábamos que te habías ahogado en el naufragio, durante la tormenta.
Jack contestó:
- Pues así fue, pero alguien, una criatura marina muy extraña, me sacó a flote, pero con una condición, que hoy al anochecer le llevara conmigo de comida a un humano. Y aquí estoy para cumplir mi promesa.
Ivana Díaz Cedrés. Piratas 2º C
...alguien de carne y hueso, con toda seguridad.
De repente se escucha de nuevo el estribillo de la canción, pero esta vez, la voz era más segura, y cada vez, sonaba más fuerte, probablemente se acercara. Miré por el rabillo del ojo y vi a Merry muerto de miedo, se escondió entre un matorral y el tronco de un árbol. Seguí con la mirada y Morgan, que estaba en el suelo, pegó un brinco y se escondió junto a Merry. Enseguida miré hacia donde se hallaba Silver, que había dicho que probablemente sería alguien para gastar una broma, se escondió detrás de una gran piedra.
La voz aún más fuerte cantaba otra vez:
''...Quince hombres sobre, el baúl del muerto...
¡Yujujú, y una botella de ron!...''
Se acercaba, aquella criatura, fuese lo que fuese, se acercaba y todos estábamos muertos de miedo, aquello cantaba una canción que sólo la sabían los piratas, y que, el pirata más temido por todos, había compuesto. Cada vez que se acercaba se podía diferenciar mejor, y la voz grave y raspada, sonaba ahora muy desafinada.
Merry, Morgan y Silver aún aterrorizados siguen escondidos en sus escondites. Yo que no sabía qué hacer me quedé plantado allí mismo.
-¡Ven, corre, escóndete conmigo!- Me susurraba Silver desde detrás de la piedra.
Aún no me movía, estaba muerto de miedo. Pero pude pensar y rápidamente me escondí junto a Silver.
-Si no me llegas a llamar, me quedaba allí, tengo miedo-Le dije sin más.
-¡Shh!, espera-. Ahora más bajito me lo dijo.
Ahora sólo se escuchaban pequeños pasos, rápidos y suaves, muy suaves. Pero...¿y ahora qué pasa? Ha dejado de sonar todo aquello que pueda hacer ruido. El silencio dominó la situación. Me estaba frustrando. Yo seguí escondido.
Como no ocurría nada, Merry decide salir de su escondite, asomarse lo mínimo para poder apreciar el paisaje y saber qué ocurría. Las arrugas que se le habían dibujado en la frente debidas al miedo, desaparecen. Y empieza a echar una carcajada y patalear con las piernas en el suelo. Las lágrimas le salieron de los ojos, subiendo y bajando por las cicatrices marcadas de antiguas peleas. Yo no entendía nada. Hace diez segundos estábamos muertos de miedo. Morgan y Silver reaccionaron igual que yo, extrañados, salen de su escondite porque no entendían por que su amigo pirata se estaba riendo de tal manera, cuando asomamos la cabeza vemos a nuestro amigo tirado en el suelo llorando y riendo, sigo con la mirada un poco mas allá y veo al loro de Silver, con una radio, estaba sintonizada en la frecuencia 103.1 ''40 princiratas'' (de ahí los actuales 40 principales). El loro estaba cantando la canción, imitaba la voz grave del pirata que todos temían, y como estaba resfriado, de vez en cuando desafinaba e hizo provocar más risas aún. Ahora lo entendía el pobre loro estaba cantando, o eso era lo que intentaba. Ahora las lágrimas salían con mas fluidez. Un dolor estaba cobrando vida en mi estómago. Producido por la risa.
Los cuatro, es decir, cinco con el loro, decidimos volver a la costa, coger el barco y regresar de de donde habíamos venido. Pero antes, debíamos hacer una cosa.
Enterramos la radio en la arena de la playa, porque habíamos pasado un pánico terrible. Antes de ver que era el loro quien cantaba la canción. Todos regresamos a nuestras casas y nunca más volvimos a escuchar esa canción. Manías de piratas. Si le coges miedo a algo, es mejor que lo apartes y estrujes, espachurres todo lo demás.
miércoles, 26 de enero de 2011
Eduardo González Padrón 2ºD La isla del tesoro
Todos se quedaron mirándole atemorizados, sin moverse, intentando que alguien rompiese ese silencio que tanto les abrumaba.
Pero no fue la voz de uno de aquellos piratas lo que sonó en sus oídos. Un estallido irrumpió en el bosque, a la vez que una
bengala teñía las nubes de rojo. Vimos como de detrás de la espesura de los árboles aparecía un hombre herido y horrorizado.
Reconocimos entonces a Flint, pero la expresión de su rostro no calmó nuestro miedo.
- Vienen a por el tesoro... yo... corred...
No tardamos en reaccionar cuando su cuerpo cayó yerto sobre el gélido suelo.
- ¡No hay tiempo que perder! -logré decir con voz trémula- Debemos dirigirnos hacia El Fuerte del Oro, ya pensaremos algo allí.
Todos asintieron con la cabeza mientras cogían lo que podían y se adentraban en el bosque rumbo al refugio, dejando atrás a los invasores. Les había tendido una trampa. Habían confiado en él, y él los había llevado como corderos al matadero, pero no pensó que él era uno de ellos... y se llevó la peor parte. Al fin, distinguimos aquella reducida fortificación, en la que tendríamos que pensar un buen plan y en la que se nos planteaba otro problema: la supervivencia.
Pero no fue la voz de uno de aquellos piratas lo que sonó en sus oídos. Un estallido irrumpió en el bosque, a la vez que una
bengala teñía las nubes de rojo. Vimos como de detrás de la espesura de los árboles aparecía un hombre herido y horrorizado.
Reconocimos entonces a Flint, pero la expresión de su rostro no calmó nuestro miedo.
- Vienen a por el tesoro... yo... corred...
No tardamos en reaccionar cuando su cuerpo cayó yerto sobre el gélido suelo.
- ¡No hay tiempo que perder! -logré decir con voz trémula- Debemos dirigirnos hacia El Fuerte del Oro, ya pensaremos algo allí.
Todos asintieron con la cabeza mientras cogían lo que podían y se adentraban en el bosque rumbo al refugio, dejando atrás a los invasores. Les había tendido una trampa. Habían confiado en él, y él los había llevado como corderos al matadero, pero no pensó que él era uno de ellos... y se llevó la peor parte. Al fin, distinguimos aquella reducida fortificación, en la que tendríamos que pensar un buen plan y en la que se nos planteaba otro problema: la supervivencia.
Ariadna María Sánchez Hernández 2º C Piratas.
Supongo que serán como todos los piratas de cuento. Todos tienen una pata de palo, un parche en el ojo, un loro en el hombro, un garfio en la mano, una camisa blanca de botones y unas bermudas negras.
Yo solo pienso que si fueran más atractivos serían más creíbles:
Me los imagino con buenas pintas, la verdad, me causan buena impresión pensar que sean altos, delgados, con ropa alegre, unos tenis… Todo sería más fácil tanto para nosotros como para ellos, en alguna ocasión tendrán que correr y ¿qué mejor que unos tenis digo yo?
Los piratas no solo deberían de ser hombres, también debería de haber mujeres para hacer ver que también tienen carácter.
(…) Cuando todos se calmaron volvieron a escuchar el estribillo de aquella canción pero esta vez más cerca y acompañada de una carcajada un tanto femenina.
-¡¡Reconozco esa voz!!-contestó Jim con asombro- No tengo ninguna duda de que es ella..
Antes de que terminara la frase Silver se le adelantó y contesto:
-¡¡Por las barbas de mi padre, es la pirata Any!!
Fue entonces cuando se dispuso a bajarse de un árbol, el más tenebroso del bosque, aferrándose a las ramas como si de un mono se tratase. Llevaba el pelo más enredado que de costumbre y su aspecto daba miedo. Quien único logró entablar conversación después de tragarse el miedo fue Jim.
-Jim: (en tono irónico) ¿Qué os ha sucedido que tan mal aspecto tenéis, otra pelea con vuestro loro por contradeciros nuevamente? (risas de los demás piratas a coro)
-Any: Tan gracioso como de costumbre, pero la explicación a mi despojada imagen es ese maldito tesoro que parece no existir, me han atacado otros piratas y mi barco ha sido objeto de botín para ellos que al menos volvieron con algo a puerto, he tenido que convivir con animales y he terminado pareciéndome a ellos, y no hagas burlas con el loro Pipín que al ver que estaba pasando hambre terminó huyendo por miedo a que me lo cenara. Me he vuelto más loca aun de lo que ya me conocíais.
-Otro pirata: (con curiosidad) y entonces, ¿a qué venían esas risas que atemorizaban hasta mi ojo seco de cristal?
-Demás piratas: (con miedo) eso, eso, ¿queríais ahuyentarnos?
- Any: jajajajajajajaaja, ¡no idiotas! me reía porque no soy la única que ha llegado hasta aquí para nada, ustedes terminaran como yo, con un poco de suerte.
-Todos: (a coro) que triste la vida del pirata cuando no consigue lo que se propone, solo tenemos una opción arreglar nuestra Perla Negra y volver sin mas.
-Silver: Espero que con tanta hambre te hayas comido todo tu orgullo y vengas con nosotros y así ser uno más en nuestra tripulación…
-Any: solo si el estúpido que tenéis por capitán (señalando a Jim y este mirándola con entusiasmo) me deja tomar algunas decisiones en el viaje, que sé un lugar perfecto para comenzar una buena vida de piratas…
Daniel Rodríguez Suárez 2ºC La isla del tesoro
Al poco de oír la voz se oyó el zumbido de unas flechas que se clavaron en los árboles que rodeaban a dichos piratas, de repente allí apareció él, Flint, con los piratas que se habían unido a él bien porque tenían miedo o bien porque no les gustaba el antiguo capitán que tenían. Entonces empezó una batalla épica que siempre fue recordada por aquellos tiempos: los piratas de Flint y los piratas de Silver empezaron a luchar a muerte por el tesoro que estaba en aquella isla.
Flint sacó su espada y su garfio y mató a todo hombre que pilló por delante, la sangre corría por el suelo de aquel bosque como las aguas de un río caudaloso. Silver y Flint se enfrentaron espada con espada, frente contra frente, en una batalla sangrienta y duradera, mientras tanto los buitres empezaron a circular por encima de tan macabro escenario como si supieran que faltaba poco para darse un gran banquete, aquello daba mucho miedo hasta que lo vi como un rayo de luz que atraviesa una habitación oscura.
Allí estaba, el tesoro en aquella cueva escondido debajo de aquel montículo de tierra. No sabía qué hacer con él hasta que descubrí que con el lío de la batalla todos los barcos estaban vacíos ya que los piratas estaban luchando fuera de ellos, entonces yo aproveché el tumulto para marcharme de allí. Todavía se oían los gritos de agonía de los piratas y a Silver diciéndole a Flint:
-¡Vas a morir bellaco!¡ Has tenido suerte y por eso has resucitado!
Y se oía a Flint:
-¡Jaja! ¿Eso te crees tú, no será que no he muerto, listo?
-¿Cómo, si yo mismo te maté?
-¡Afila tu espada amigo y aprende a matar jajaja!
Cuando entré en el barco cogí el timón y salí de allí lo más rápido que pude. Cuando ya estaba zarpando, todavía se oían los piratas, hasta que uno de ellos gritó :
-¡Hey!¡se llevan el barco, nos vamos a quedar atrapados aquí!¡¡¡vamos a morir!!!
Poco después el volcán del centro de la isla entró en erupción matando a todo el mundo y cuando creí que no lo iba a contar ya que las cenizas y los gases me asfixiaban, el viento empezó a soplar muy fuerte empujando el barco hacia mar adentro.
Cuando llegué a mi casa con el tesoro hice una cosa que no me creeréis ¡lo doné al museo de la piratería! Hoy en día 60 años después de aquello puedo estar tranquilo conmigo mismo ya que he vivido decentemente con el dinero que me dieron por donar el tesoro pero…
Con lo que más que he sacado "provecho" es con el dinero que conseguí al escribir esta historia.
Flint sacó su espada y su garfio y mató a todo hombre que pilló por delante, la sangre corría por el suelo de aquel bosque como las aguas de un río caudaloso. Silver y Flint se enfrentaron espada con espada, frente contra frente, en una batalla sangrienta y duradera, mientras tanto los buitres empezaron a circular por encima de tan macabro escenario como si supieran que faltaba poco para darse un gran banquete, aquello daba mucho miedo hasta que lo vi como un rayo de luz que atraviesa una habitación oscura.
Allí estaba, el tesoro en aquella cueva escondido debajo de aquel montículo de tierra. No sabía qué hacer con él hasta que descubrí que con el lío de la batalla todos los barcos estaban vacíos ya que los piratas estaban luchando fuera de ellos, entonces yo aproveché el tumulto para marcharme de allí. Todavía se oían los gritos de agonía de los piratas y a Silver diciéndole a Flint:
-¡Vas a morir bellaco!¡ Has tenido suerte y por eso has resucitado!
Y se oía a Flint:
-¡Jaja! ¿Eso te crees tú, no será que no he muerto, listo?
-¿Cómo, si yo mismo te maté?
-¡Afila tu espada amigo y aprende a matar jajaja!
Cuando entré en el barco cogí el timón y salí de allí lo más rápido que pude. Cuando ya estaba zarpando, todavía se oían los piratas, hasta que uno de ellos gritó :
-¡Hey!¡se llevan el barco, nos vamos a quedar atrapados aquí!¡¡¡vamos a morir!!!
Poco después el volcán del centro de la isla entró en erupción matando a todo el mundo y cuando creí que no lo iba a contar ya que las cenizas y los gases me asfixiaban, el viento empezó a soplar muy fuerte empujando el barco hacia mar adentro.
Cuando llegué a mi casa con el tesoro hice una cosa que no me creeréis ¡lo doné al museo de la piratería! Hoy en día 60 años después de aquello puedo estar tranquilo conmigo mismo ya que he vivido decentemente con el dinero que me dieron por donar el tesoro pero…
Con lo que más que he sacado "provecho" es con el dinero que conseguí al escribir esta historia.
Sergio Hernández Gutiérrez. La Isla del Tesoro. 2º C.
- ¿Quién se esconde ahí? -tartamudeó Morgan, sin estar seguro de haber querido decirlo.
- ¡Yujujú, y una botella de ron, de ron, de ron! -sonó entre la maleza-.
Esta vez pareció una voz más simpática, mas dulce... aún así nadie salía de su asombro, con algún asustado. Silver se percató de que tenía que ser una broma, tenía que serla...
- ¿Pero quién osa hablarnos así? El valiente, que no se oculte, ¡no hay miedo!
En eso no estaban de acuerdo los viajantes. Todos estaban asustados, nadie se esperaba aquello. Esto era ilógico: en medio del bosque, aislados de la población, en una isla deshabitada... ¿quién o qué era lo que se ocultaba tras aquellos arbustos? Nadie lo sabía, hasta que...
- ¡Tranquilos... tripulantes de mal carácter! Soy Flint, pirata sin piedad, una leyenda -dijo este, con un tono desafiante, tranquilo, juguetón; saliendo de entre la maraña y acercándose amistosamente a la tripulación.
- ¡Cuidado hombres, es Flint, el temido saqueador! ¿Qué quieres de nosotros? -aportó Merry, sin confianza ante aquel hombre.
- Tranquilos muchachos, vengo para unirme a vosotros, en paz... me he quedado sin tripulación, al haberse hundido mi barco, no sé si he sido el único que ha sobrevivido, pero aquí estoy, en la isla. Si no me equivoco tenemos el mismo propósito: buscar el gran tesoro.
- Bueno, está bien. No tienes muy buena notoriedad, pero no hemos tenido conflictos, nunca. Ya que el tesoro es inmenso, por un hombre más da igual repartirlo, y más si es Flint... ¿Qué os parece muchachos? -se animó Silver-.
- ¡Flint, Flint...! -gritaron todos a una.
- Pues en marcha, queda mucho camino -se embarcó Flint, queriendo empezar la peripecia.
Todos (incluido Flint) marcharon en busca del ansiado botín, inmersos en el pensamiento de aquellas riquezas, empieza la aventura...
Carla Santos.2C. La isla del tesoro
Seguimos caminando por aquel bosque que cada vez se iba volviendo más extraño mientras anochecía. Silver ordenó encender las antorchas, aunque la luna llena era suficiente, un poco de luz no nos venía mal, sobre todo si había alguien vigilándonos. Pasaron los minutos y nos fuimos quitando de la cabeza la idea de estar vigilados y comenzaron las charlas entre nosotros aunque aún con la voz un poco temerosa.
Cuando todo parecía ir bien, oímos el chasquido de una rama cerca, esta vez no hubieron rostros pálidos, ni temor. Antes de seguir caminando decidimos quitarnos los zapatos para no confundirnos con nuestras propias pisadas. Caminamos en silencio y con los oídos atentos a cualquier ruido por pequeño que fuese. Si alguien oía algo lo susurraba a los compañeros para mantenernos atentos y en formación.
Cada vez nuestro vigilante era más ruidoso, o nosotros oíamos mejor, pero lo cierto es que ya estábamos a punto de pillarlo por sorpresa. Merry y Morgan se habían quedado atrás para ir cada uno por un lado del camino. Sólo era cuestión de esperar la señal de uno de ellos.
-Alguien se acerca -aseguró Silver.
-Debe de ser el traidor de Flint.- dije.
-Shh!.-susurró Silver.- Algo se está acercando.
-Lo vas a pagar caro. - susurró aún más bajo Silver, casi no lo pude oír.
-Muy caro. - pensé, dibujando una mueca en mi boca a modo de sonrisa.
-¡QUIETO! ¡Ahora chicos! - gritó Merry desde el bosque.
Salimos corriendo hacia la voz de Merry hasta que dimos con él. Estaba de pie junto a alguien que estaba tirado en el suelo. Merry se dio la vuelta sonriendo y poniendo un pie sobre la presa. Todos reímos y respiramos tranquilidad, ya lo habíamos cogido, ya íbamos a descubrir quién nos había tenido toda la noche despiertos y metiéndonos el miedo en el cuerpo. Una vez al lado de Merry esperamos a Morgan que venía algo retrasado y le dimos la vuelta a aquella persona.
-¡Es Flint! – gritamos todos.
Nuestras sospechas se confirmaron en un momento, aunque todos sospechamos de Flint, todavía no nos lo podíamos creer. Todavía estaba en el suelo sin sentido tras el golpe que le dio Merry, entonces decidimos dormir mientras nos turnamos para hacer guardia y vigilar a Flint.
A la mañana siguiente y con Flint despierto, empezamos a hacerle preguntas para saber qué era lo que pretendía y por qué nos estaba siguiendo.
-¿Por qué nos persigues?-pregunto Silver con rabia
-No te lo diré.-Dijo Flint.
-Con que no me lo quieres decir eh! pues habrá que hacerte hablar de algún modo...-dijo Silver con la navaja en la mano apunto de clavársela en el muslo.
-Vale vale te lo diré. Pues....he descubierto un mapa que te dice a donde llegar al tesoro..-nos decía Flint.
-¡TRAIDOR!.-Le interrumpió Morgan furioso.
-Calla, déjale continuar.-Le dijo Silver a Morgan.
-¿Donde está ese mapa?.-Le preguntó Silver con gran estusiasmo y furia al mismo tiempo.
-En mi bolsillo derecho.- dijo Flint temeroso.
Silver lo cogió lo miró y dijo:
- Bueno te perdono la vida a cambio de que nos sigas.
Flint con una sonrisa en la cara asintió.
Y continuamos buscando el tesoro...
Cuando todo parecía ir bien, oímos el chasquido de una rama cerca, esta vez no hubieron rostros pálidos, ni temor. Antes de seguir caminando decidimos quitarnos los zapatos para no confundirnos con nuestras propias pisadas. Caminamos en silencio y con los oídos atentos a cualquier ruido por pequeño que fuese. Si alguien oía algo lo susurraba a los compañeros para mantenernos atentos y en formación.
Cada vez nuestro vigilante era más ruidoso, o nosotros oíamos mejor, pero lo cierto es que ya estábamos a punto de pillarlo por sorpresa. Merry y Morgan se habían quedado atrás para ir cada uno por un lado del camino. Sólo era cuestión de esperar la señal de uno de ellos.
-Alguien se acerca -aseguró Silver.
-Debe de ser el traidor de Flint.- dije.
-Shh!.-susurró Silver.- Algo se está acercando.
-Lo vas a pagar caro. - susurró aún más bajo Silver, casi no lo pude oír.
-Muy caro. - pensé, dibujando una mueca en mi boca a modo de sonrisa.
-¡QUIETO! ¡Ahora chicos! - gritó Merry desde el bosque.
Salimos corriendo hacia la voz de Merry hasta que dimos con él. Estaba de pie junto a alguien que estaba tirado en el suelo. Merry se dio la vuelta sonriendo y poniendo un pie sobre la presa. Todos reímos y respiramos tranquilidad, ya lo habíamos cogido, ya íbamos a descubrir quién nos había tenido toda la noche despiertos y metiéndonos el miedo en el cuerpo. Una vez al lado de Merry esperamos a Morgan que venía algo retrasado y le dimos la vuelta a aquella persona.
-¡Es Flint! – gritamos todos.
Nuestras sospechas se confirmaron en un momento, aunque todos sospechamos de Flint, todavía no nos lo podíamos creer. Todavía estaba en el suelo sin sentido tras el golpe que le dio Merry, entonces decidimos dormir mientras nos turnamos para hacer guardia y vigilar a Flint.
A la mañana siguiente y con Flint despierto, empezamos a hacerle preguntas para saber qué era lo que pretendía y por qué nos estaba siguiendo.
-¿Por qué nos persigues?-pregunto Silver con rabia
-No te lo diré.-Dijo Flint.
-Con que no me lo quieres decir eh! pues habrá que hacerte hablar de algún modo...-dijo Silver con la navaja en la mano apunto de clavársela en el muslo.
-Vale vale te lo diré. Pues....he descubierto un mapa que te dice a donde llegar al tesoro..-nos decía Flint.
-¡TRAIDOR!.-Le interrumpió Morgan furioso.
-Calla, déjale continuar.-Le dijo Silver a Morgan.
-¿Donde está ese mapa?.-Le preguntó Silver con gran estusiasmo y furia al mismo tiempo.
-En mi bolsillo derecho.- dijo Flint temeroso.
Silver lo cogió lo miró y dijo:
- Bueno te perdono la vida a cambio de que nos sigas.
Flint con una sonrisa en la cara asintió.
Y continuamos buscando el tesoro...
UNA HISTORIA DE PIRATAS Natacha Rodríguez Díaz 2ºC
Esa voz me resultaba familiar pero no sabía de quien podía ser. De repente no se escuchaba nada, así que nos asustamos más, y otra vez se oyó esa voz cantando. Nos tiene aterrorizados, ya no sabíamos qué hacer, si ir hacia aquella voz o huir como cobardes. Hace dos años echamos a Molis, que nos había traicionado y lo tiramos por la cascada en la isla Carabela.
-Ahh ja, esa voz es la de Molis, pero él está muerto.
-Eso es imposible -dijo Merry.
-Pensándolo mejor será el fantasma de Molis que se quiere vengar -dijo Morgan
-No seas tonto, como dije antes es imposible -dijo Merry.
-Eh, chicos, Jim tiene algo de razón, esa voz es la de Molis sí o sí -dijo Silver.
Vamos a averiguarlo detrás de estos árboles. Cada uno de nosotros íbamos pensando lo que pasaría ahora.
-Aahh es, pero tú ,estabas muerto-dijo Merry.
-Claro que no, observen como caen en la trampa-dijo Molis.
-¿Qué trampa? -dijo Morgan dando un paso hacia delante.
Chass, caímos en el agujero tapado y bien profundo. Molis nos dijo claramente que iba al templo al buscar nuestro tesoro.
-Tenemos que salir de aquí-dije
Nos cogimos de aquella rama y saltamos a la superficie, nos fuimos corriendo hasta el templo. Cuando llegamos entramos hasta llegar al final del templo donde nos encontramos a Molis. Cuando nos acercamos ,dijimos juntos: el tesoro es nuestro, pero Molis estaba allí y en pesamos a pelear con nuestras espadas. De pronto el templo empezó a caerse. Nosotros nos fuimos corriendo pero Molis y Morgan empezaron a coger todo el oro, nosotros le dijimos que se fueran, pero se obsesionaron y se les vino el templo encima.
Nosotros nos fuimos a tiempo pero Morgan se lo tragó la tierra, después de eso nos fuimos en busca de otro tesoro en otra isla.
Lucía Herrera López. 2º ESO C. "Isla del tesoro".
A pesar de la débil y poco convincente voz de Silver, los piratas se pusieron en pie. Las piernas parecían de gelatina de tanto que se movían de un lado a otro por el pánico que les producía esa voz, incluso Morgan estaba en pie. Admito que también me produce escalofríos esa voz tan extraña, pero dado que son piratas pensé que serían más fuertes.
La voz volvió a oírse entre los árboles, seguía cantando con el mismo tono aunque parecía algo más cerca de nosotros, haciendo que los piratas se escondieran detrás de varios árboles dejándome ante el posible peligro.
-¡No te quedes ahí, grumete!-gritó Merry, cogiéndome del brazo con fuerza para que me escondiera con él tras los árboles.
Mis manos se aferraron a la dura y para nada uniforme corteza, temblaba y mi respiración estaba algo agitada a medida que la voz se oía más cerca aun. En un fallido amago de calmarme un poco miré hacia los demás. Merry aun a mi lado, temblando con el revólver en la mano, pero no serviría de mucho, pues dudo que con esos temblores le acertara al árbol al que estaba encaramado. Luego miré hacia Morgan, que se había subido con una asombrosa agilidad hasta la copa de un árbol escondiéndose tras las ramas de este. Por otro lado, Silver, intentaba hacerse el fuerte y el valiente, pero la forma en la que e aferraba a sus armas mientras se oía el murmullo de sus dientes al chocar entre sí por el miedo.
-¡Muéstrate!-ordenó Silver a aquella voz intentando parecer autoritario, aunque se le notaba el temblor en la voz.
La canción paró de oírse y por unos segundos volvió a reinar el silencio en aquel bosque, que por momentos me parecía más y más tenebroso y oscuro. Al poco una risa algo maléfica empezó a resonar por todo el lugar, taladrándome los oídos con sus agudos "Ja, ja, ja".
Todos los piratas, incluído yo, miramos al Silver, el cual frunció el ceño y su miedo se transformó en rabia. Si había algo que no le gustara a Silver, era que no le tomaran en serio.
-¡Maldito, muéstrate de una vez!-Ladró con una fuerte voz, saliéndo de su escondite y alzándo el puño al aire sin quitar la otra mano de su revólver, el cual no dudaría en utilizar fuera quién fuese.
De entre los árboles apareció Flint, haciendo que muchos de los piratas contrajeran su rostro en una mueca de asombro. En su mano izquierda llevaba una gigantesca botella de ron, estaba medio vacía. ¿Tanto había bebido ese hombre? No puedo creerlo.
Silver abrió la boca para hablar ante la mirada expectante de todos, apenas intentó decir una palabra, una bulto algo grande cayó desde un árbol sobre Silver. Este bufó y ahogó un grito al dolorido y miró hacia el supuesto bulto, que era un aturdido Morgan con hojitas enredadas en el cabello y con cara de mareo.
No pude evitarlo más y empecé a reírme a carcajadas, señalándo a Morgan que aun no sabía donde estaba. Los demás, incluído el borracho de Flint y el mareado Morgan. Todos reíamos a carcajadas ante la mirada fulminante de Silver, que apartó a Morgan de un empujón, pero seguidamente estalló a carcajadas.
-¡No te quedes ahí, grumete!-gritó Merry, cogiéndome del brazo con fuerza para que me escondiera con él tras los árboles.
Mis manos se aferraron a la dura y para nada uniforme corteza, temblaba y mi respiración estaba algo agitada a medida que la voz se oía más cerca aun. En un fallido amago de calmarme un poco miré hacia los demás. Merry aun a mi lado, temblando con el revólver en la mano, pero no serviría de mucho, pues dudo que con esos temblores le acertara al árbol al que estaba encaramado. Luego miré hacia Morgan, que se había subido con una asombrosa agilidad hasta la copa de un árbol escondiéndose tras las ramas de este. Por otro lado, Silver, intentaba hacerse el fuerte y el valiente, pero la forma en la que e aferraba a sus armas mientras se oía el murmullo de sus dientes al chocar entre sí por el miedo.
-¡Muéstrate!-ordenó Silver a aquella voz intentando parecer autoritario, aunque se le notaba el temblor en la voz.
La canción paró de oírse y por unos segundos volvió a reinar el silencio en aquel bosque, que por momentos me parecía más y más tenebroso y oscuro. Al poco una risa algo maléfica empezó a resonar por todo el lugar, taladrándome los oídos con sus agudos "Ja, ja, ja".
Todos los piratas, incluído yo, miramos al Silver, el cual frunció el ceño y su miedo se transformó en rabia. Si había algo que no le gustara a Silver, era que no le tomaran en serio.
-¡Maldito, muéstrate de una vez!-Ladró con una fuerte voz, saliéndo de su escondite y alzándo el puño al aire sin quitar la otra mano de su revólver, el cual no dudaría en utilizar fuera quién fuese.
De entre los árboles apareció Flint, haciendo que muchos de los piratas contrajeran su rostro en una mueca de asombro. En su mano izquierda llevaba una gigantesca botella de ron, estaba medio vacía. ¿Tanto había bebido ese hombre? No puedo creerlo.
Silver abrió la boca para hablar ante la mirada expectante de todos, apenas intentó decir una palabra, una bulto algo grande cayó desde un árbol sobre Silver. Este bufó y ahogó un grito al dolorido y miró hacia el supuesto bulto, que era un aturdido Morgan con hojitas enredadas en el cabello y con cara de mareo.
No pude evitarlo más y empecé a reírme a carcajadas, señalándo a Morgan que aun no sabía donde estaba. Los demás, incluído el borracho de Flint y el mareado Morgan. Todos reíamos a carcajadas ante la mirada fulminante de Silver, que apartó a Morgan de un empujón, pero seguidamente estalló a carcajadas.
Noelia González Pérez 2ºD Isla del Tesoro
Merry volvió a gritar, esta vez nos asustó a todos, puesto que emprendíamos ya la marcha adentrándonos en el bosque silenciosamente.
-Es Flint-señaló hacia un punto detrás de los arbustos.
Me giré, allí estaba él. Conocía a Flint desde hace muy poco, yo me había incorporado hace unas pocas semanas y solo lo llegué a conocer una semana ya que a la semana siguiente lo habíamos encontrado muerto en la proa de nuestro barco, Santa María, en un estado terrible, lleno de magulladuras y con marcas en el cuello, marcas de una cuerda gruesa .Tenía moratones por toda la pierna derecha y por el pecho. Debió ser que Flint el peludo, como lo llamaban mis compañeros, se había resistido a la pelea, haciendo así que el asesino no tuviera de otra que intentarlo de todas las maneras.
¿Por qué?, no lo sabemos, ni lo sabremos, el individuo se aseguró de no dejar pistas o huellas. Lo que no me cabe en la cabeza es por qué a él. Nos hallábamos todos en los camarotes incluso, habían cuatro hombres en cubierta. Todo era raro y confuso, pero ese no era el momento de pensarlo.
Flint vestía un traje negro que le llegaba hasta las rodillas. Desde aquel lugar no logré ver más detalles, pero en ese instante, tan solo unos segundos, el sol iluminó su rostro dejando ver su sombría cara. Me estremecí, su rostro trasmitía ira, venganza, el Flint que yo conocía era alegre, era la primera vez que lo veía así. Sentí un pánico terrible solo de pensar lo que le habían hecho, lo habían matado. Me froté los ojos,
<<Debo de estar soñando, esto no puede estar pasando>> -me dije en mis adentros, pero cuando abrí los ojos él todavía estaba allí, y esta vez se acercaba con total seguridad.
Mis compañeros retrocedieron, pero yo en cambio, me quedé clavado en el sitio, sintiendo cada vez más miedo al ir identificando su rostro. No tenía ojos, ni boca, y mucho menos, nariz.
Morgan me cogió del brazo y me tiró hacia atrás con fuerzas. Caí al suelo pero no tardé en recuperarme. Flint ya estaba delante de nosotros mirándonos fijamente a la cara. Noté como Silver temblaba bruscamente. Deseé con mis todas mis fuerzas que todo fuera un mal sueño, pero en ese momento Flint cogió por el brazo a Silver, retorciéndolo tanto que me provocaba un intenso dolor solo de verlo. Silver gritó.
-Te haré pagar lo que me hiciste Silver, te portaste como un imbécil al hacerme eso. ¿Por qué?, ¿Porque siempre he sido mejor que tú?,¿Porque me tenías tanta envidia que no podías soportar verme ganar mientras tu perdías? Solo quiero que me digas por qué, por qué lo hiciste, por qué…- Flint soltó bruscamente a su hermano Silver, y nos miró con cierta tristeza.
Ahora lo comprendo, Silver había matado a Flint, pero ¿ por qué?. Las palabras de Flint seguían volando por nuestros alrededores. Ahora Flint había apartado la vista, avergonzado.
-Silver, merezco una explicación-Flint giró la cara de su hermano haciendo que se encontrara con sus ojos, un poco mas calmados, pero aun así, horriblemente decepcionados.
-Flint ,lo siento… yo…-Silver estalló en sollozos.
-No Silver, no lo sientes, no pensaba que fueras a ser tan traidor, de haberlo sabido…
-No, de verdad que lo siento, he sido estúpido, un pirata no mata a sus compañeros, y no solo eso, yo te quería a pesar de que fueras el mejor en todo no sé por que lo he hecho…
Yo permanecía allí, en silencio para no estropear nada, pero lleno de dudas, al igual que mis compañeros.
- La verdad Silver, que no me creo nada de lo que dices, pero se acerca mi hora, solo quiero que sepas que… aunque has sido un traidor que …desde lo más alto estaré cuidando de ti…mi hermanito…-Flint ya no parecía tan seguro de lo que decía, las palabras le salían entrecortadamente y tenia que parpadear para no llorar.
- Sin duda te esperaré siempre arriba-señaló hacia el cielo, que ya se había despejado-Silver… te quiero… --al terminar esta frase su cuerpo desapareció.
Silver intentó coger su mano sin lograrlo y gritó el nombre de su hermano, al que sin duda, llevaría siempre en el corazón.
Benjamín Herrera Sánchez 2ºD Una historia de piratas.
Una historia de piratas
Como resortes nos pusimos en pie siguiendo las órdenes de Silver. Mientras seguíamos caminando hacia el tesoro volvimos a escuchar esa voz pero esta vez pudimos ver quien era, ¡Flint! Al verlo algunos se asustaron mucho, pero yo no sabía por qué, y por ello le pregunté a Silver. Él me la contó, era una historia en la que Flint, él sólo, mato a treinta y ocho personas que intentaron robarle su barco y desde ese entonces se volvió loco y nunca más habló. Por ello me dijo Silver que todos estaban asustados, todo el que intentaba hablar con él, lo amenazaba con una mirada asesina que sólo podía significar la muerte. Sin embargo yo no me lo creí y por ello intente hablar con el temible pirata Flint. La primera vez, mientras estábamos comiendo todos, lo intenté pero no quiso hablar conmigo. Yo pensé que era porque había mucha gente y que en el fondo era tímido y buena persona. Cuando emprendimos el camino él iba de los últimos como siempre y aproveché que estaba solo para hablar con Flint. Le saludé y se quedó con cara sorprendida, me dijo:
- Nunca nadie quiere hablar conmigo.
Yo le contesté:
- Es por que matas… -Flint se cabreó.
- ¡Eso es mentira! Lo llevan diciendo toda la vida, por culpa de ellos nadie quiere hablar conmigo.
- Pero…¿por qué eres así?
- Lo que ocurre es que soy tímido, y cuando alguien me dice que quiere hablar conmigo le digo que no.
- Pues te digo una cosa, vete y habla con todo el mundo, y diles que todo lo que han dicho de ti es mentira.
- La verdad es que nadie ha hecho nada como esto por mí. Eres mi mejor amigo.
Entonces Flint habló con todos los piratas, uno por uno. Lo creyeron y la gente se dio cuenta de que era muy buena persona, y a partir de ahí ya no tuvo ningún problema a la hora de relacionarse con otras personas.
Taymi Padrón Delis 2ºD La isla del tesoro
Si les soy sincero en un principio no me causó ningún temor el escuchar esa voz con un tono tan ligero, pero la cara que pusieron mis compañeros me hizo sentir un pánico terrible.Aquel individuo se acercaba hacia nosotros en un estado completamente ebrio.
-¡Vuelve por donde has venido, canalla!,¡aquí ya no eres bienvenido!-le espetó Merry, que parecía no haberle afectado su presencia aterradora.Aunque sus piernas decían lo contrario.
El sonido parecía haberse detenido, el cantar de los pájaros cesó junto con el viento.
Nuestros cuerpos ya ni siquiera eran capaces de articular un solo movimiento,una simple palabra, un mísero gesto…era descomunal.
-Esperad-titubeó Silver-.Esto no tiene ningún sentido,es ridículo el siquiera pensar que Flint está vivo…todos sabemos lo que le sucedió hace tan solo unos instantes atrás.
-¿Entonces quién podrá ser?-se aventuró uno de mis compañeros, que ya empezaba a recobrar el sentido.
-¡Huyamos!,¡Deprisa!,¡presiento que algo se nos acerca!-
La situación me estaba superando, aquel ser no podía ser real…aquello no podía estarme sucediendo. No era yo el que corría sin sentido,eran mis piernas que se movían inconscientemente;siguiendo los pasos de aquellos piratas sin rumbo alguno.Nos desplazamos torpemente hacia la playa en busca de los botes.¿Dónde diantres se habían metido los botes?.¿Qué demonios estabamos haciendo?.
A lo lejos se divisaban los botes,adentrándose hacia lo más profundo de la mar.
-¡Silver!,te dije que ataras bien los botes!-gritó Morgan.
Huíamos de algo desconocido, huíamos como cobardes,simplemente huíamos…un pecado de lo más grave para aquel que osa llamarse pirata.
Javier Navarro Martín 2ºD La isla del tesoro
El pirata más atrevido, Tersok, se adentró en el bosque y cogió a Flint y a Sara por los brazos.
-¡Suéltame!-dijo Sara
-Si sigues protestando…¡Te corto el cuello bastarda! -le respondió el pirata.
Entonces llegaron a donde estábamos y Jack, el jefe de los piratas, les quitó el mapa del tesoro de las manos.
-¡Se creen que pueden alejarnos del mapa del tesoro con un simple susto!- exclamó Jack con gracia-.
-¡Jajaja!-Se rieron los piratas con entusiasmo-.
Jack abrió el mapa para empezar el viaje cuanto antes.
-¿Pero qué idioma es éste?-Dijo el gran pirata muy cabreado-.
-Es latín.-dije, dándome aires-Y yo sé leerlo, pero les guiaré con la condición de que los liberéis.
Los piratas aceptaron el trato y los liberaron. Leí el mapa y descubrí que todos los piratas que encontraron el tesoro nunca volvieron, ya que estaba maldito. Les guié sin mencionarles esto último. Tras largos días de navegación llegamos a la isla del tesoro. Entramos en una cueva y ahí estaba.
-¡El tesoro!- gritaron los piratas con admiración.
Entonces vimos como todos los piratas saltaron al tesoro y nada más rozarlo se convirtieron en polvo de oro.
Víctor García Seoane 2º D La isla del tesoro
La Isla del Tesoro
Los piratas se habían levantado antes de que Silver terminara de hablar y esperaban sus órdenes.
-¡Coged al chico, nos vamos!- dijo Silver.
-¿A dónde?-dijo Merry.
-Seguiremos el mapa, ¡en marcha!
Dicho esto, nos pusimos a seguir a Silver por el frondoso y verde bosque.
Ya casi al atardecer Silver nos hizo parar.
-¡Mirar esto!-dijo Silver, y lo que vi me asombro ¡Era Flint! Se hallaba muerto. Mi amigo Flint estaba muerto. Merry se acercó a él y dijo:
-Este está muerto desde hace rato.
-¡No es posible! Entonces ¿quién era el que cantaba?-dijo Morgan, en ese mismo momento se oyó a lo lejos:
-"Catorce hombres sobre el baúl del muerto…
¡Yujujú y una botella de ron! "
Todo el mundo temblaba, hasta mi custodiador se había olvidado de mí. No lo pensé dos veces, cogí el mapa y eché a correr. Cuando ya estaba a más de veinte metros oí:
-¡El chico, se va con el mapa, a por él!
A toda velocidad crucé el bosque, en veinte minutos yo ya estaba en la playa, cogí la barca y salí a la mar, pero el sonido del cargador de un trabuco y la orden de Silver de que parara, me hicieron detenerme.
Nada más llegar a la playa, me apresaron.
-¡De esta no escapas!-dijo Morgan. Me ataron una cuerda a las manos.
Cuando terminaron me abofetearon y Silver hizo llamar a todos, pero faltaban siete piratas. Al principio creyeron que se habían perdido, pero nada más empezar a andar descubrieron la cruda verdad. Se hallaban misteriosamente muertos, y la voz se volvió a oír.
-"Siete hombres sobre el baúl de un muerto…
¡Yujujú y una botella de ron!"
-¡Esto no lo aguanto más!-se quejó Morgan- voy a cargarme a ese tipejo.
-¡Espera! Vamos a trazar un plan, no vaya a pasar que …-se oyeron dos disparos en la lejanía y nos dimos cuenta de que faltaban dos piratas, es decir, que solo estábamos Silver, Morgan, Merry y yo. Me cogieron y salieron corriendo, cuando llegamos encontramos a otros dos piratas muertos, pero estos estaban muertos por heridas de bala. A nuestras espaldas se oyó una voz que me era familiar.
-¡Quietos u os meto plomo en la cabeza!
Me volví y vi una escena peculiar, Flint se hallaba vivo y apuntaba a los piratas.
-Tu… tu no…¿tu no estabas muerto?-preguntó Silver asustado.
-Me lo hice, y surtió efecto, ja ja ja –se rió Flint- soltar al chico y tirar las armas, ven con migo Jim, os esperan en el barco.
Los piratas hicieron caso a Flint, y yo me coloqué junto a mi amigo. Fuimos caminando hasta la playa y nos montamos en la barca.
Cuando ya estábamos lejos de la playa le dije:
-No me volveré a meter en lios de mapas y tesoros, a propósito ¿Cómo mataste a esos nueve piratas?
-Yo solo maté dos…-Flint fue interrumpido por unos gritos de gargantas masculinas procedentes de la playa , tan rápido como empezaron acabaron y dieron paso al famoso estribillo:
-"Un hombre sobre el baúl de un muerto…
¡Yujujú y una botella de ron!"
Los piratas se habían levantado antes de que Silver terminara de hablar y esperaban sus órdenes.
-¡Coged al chico, nos vamos!- dijo Silver.
-¿A dónde?-dijo Merry.
-Seguiremos el mapa, ¡en marcha!
Dicho esto, nos pusimos a seguir a Silver por el frondoso y verde bosque.
Ya casi al atardecer Silver nos hizo parar.
-¡Mirar esto!-dijo Silver, y lo que vi me asombro ¡Era Flint! Se hallaba muerto. Mi amigo Flint estaba muerto. Merry se acercó a él y dijo:
-Este está muerto desde hace rato.
-¡No es posible! Entonces ¿quién era el que cantaba?-dijo Morgan, en ese mismo momento se oyó a lo lejos:
-"Catorce hombres sobre el baúl del muerto…
¡Yujujú y una botella de ron! "
Todo el mundo temblaba, hasta mi custodiador se había olvidado de mí. No lo pensé dos veces, cogí el mapa y eché a correr. Cuando ya estaba a más de veinte metros oí:
-¡El chico, se va con el mapa, a por él!
A toda velocidad crucé el bosque, en veinte minutos yo ya estaba en la playa, cogí la barca y salí a la mar, pero el sonido del cargador de un trabuco y la orden de Silver de que parara, me hicieron detenerme.
Nada más llegar a la playa, me apresaron.
-¡De esta no escapas!-dijo Morgan. Me ataron una cuerda a las manos.
Cuando terminaron me abofetearon y Silver hizo llamar a todos, pero faltaban siete piratas. Al principio creyeron que se habían perdido, pero nada más empezar a andar descubrieron la cruda verdad. Se hallaban misteriosamente muertos, y la voz se volvió a oír.
-"Siete hombres sobre el baúl de un muerto…
¡Yujujú y una botella de ron!"
-¡Esto no lo aguanto más!-se quejó Morgan- voy a cargarme a ese tipejo.
-¡Espera! Vamos a trazar un plan, no vaya a pasar que …-se oyeron dos disparos en la lejanía y nos dimos cuenta de que faltaban dos piratas, es decir, que solo estábamos Silver, Morgan, Merry y yo. Me cogieron y salieron corriendo, cuando llegamos encontramos a otros dos piratas muertos, pero estos estaban muertos por heridas de bala. A nuestras espaldas se oyó una voz que me era familiar.
-¡Quietos u os meto plomo en la cabeza!
Me volví y vi una escena peculiar, Flint se hallaba vivo y apuntaba a los piratas.
-Tu… tu no…¿tu no estabas muerto?-preguntó Silver asustado.
-Me lo hice, y surtió efecto, ja ja ja –se rió Flint- soltar al chico y tirar las armas, ven con migo Jim, os esperan en el barco.
Los piratas hicieron caso a Flint, y yo me coloqué junto a mi amigo. Fuimos caminando hasta la playa y nos montamos en la barca.
Cuando ya estábamos lejos de la playa le dije:
-No me volveré a meter en lios de mapas y tesoros, a propósito ¿Cómo mataste a esos nueve piratas?
-Yo solo maté dos…-Flint fue interrumpido por unos gritos de gargantas masculinas procedentes de la playa , tan rápido como empezaron acabaron y dieron paso al famoso estribillo:
-"Un hombre sobre el baúl de un muerto…
¡Yujujú y una botella de ron!"
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