la voz de los grillos aquella noche... El día
queriendo vivir, con fuerzas se aferraba
a esa remota ventana.
El sol alzó potente y la luna
se escondió entre la vista
de aquella ventana.
Para mi pobre corazón dolorido,
para mi triste vida lacerada,
para mi alma desconsolada.
Para mi amarga vida fatigada...
¡el sol amado, el sol apetecido,
el sol, el sol y no pensar en nada...!
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Nota 7
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