la voz de los árboles aquella mañana......
El día queriendo vivir,
con gran voluntad
del monte se ayudaba.
Los rayos del gran redondo
eran flechas celestiales
que al llegar a las hojas
de los árboles con gran
fuerza las atravesaba.
Al cantar los pájaros
su grandiosa melodía
hacía que mi alma se
pusiera a bailar.
El cálido aire que me abrazaba
me hacía sentir seguro y protegido.
Vi una bella rosa
que abría sus petalos color
sangre, la bonita luz que trasmitía
me hizo despertar
de un sueño inolvidable.
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Nota 8
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