domingo, 11 de diciembre de 2011

Romén Pérez 2º A Poema al amanecer.


Era una risa larga y sonora
la voz de los árboles aquella mañana......
El día queriendo vivir,
con gran voluntad
del monte se ayudaba.

Los rayos del gran redondo
eran flechas celestiales
que al llegar a las hojas
de los árboles con gran
fuerza las atravesaba.

Al cantar los pájaros
su grandiosa melodía
hacía que mi alma se
pusiera a bailar.

El cálido aire que me abrazaba
me hacía sentir seguro y protegido.

Vi una bella rosa
que abría sus petalos color
sangre, la bonita luz que trasmitía
me hizo despertar
de un sueño inolvidable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota 8