miércoles, 26 de enero de 2011

Lucía Herrera López. 2º ESO C. "Isla del tesoro".

A pesar de la débil y poco convincente voz de Silver, los piratas se pusieron en pie. Las piernas parecían de gelatina de tanto que se movían de un lado a otro por el pánico que les producía esa voz, incluso Morgan estaba en pie. Admito que también me produce escalofríos esa voz tan extraña, pero dado que son piratas pensé que serían más fuertes.
La voz volvió a oírse entre los árboles, seguía cantando con el mismo tono aunque parecía algo más cerca de nosotros, haciendo que los piratas se escondieran detrás de varios árboles dejándome ante el posible peligro.

-¡No te quedes ahí, grumete!-gritó Merry, cogiéndome del brazo con fuerza para que me escondiera con él tras los árboles.

Mis manos se aferraron a la dura y para nada uniforme corteza, temblaba y mi respiración estaba algo agitada a medida que la voz se oía más cerca aun. En un fallido amago de calmarme un poco miré hacia los demás. Merry aun a mi lado, temblando con el revólver en la mano, pero no serviría de mucho, pues dudo que con esos temblores le acertara al árbol al que estaba encaramado. Luego miré hacia Morgan, que se había subido con una asombrosa agilidad hasta la copa de un árbol escondiéndose tras las ramas de este. Por otro lado, Silver, intentaba hacerse el fuerte y el valiente, pero la forma en la que e aferraba a sus armas mientras se oía el murmullo de sus dientes al chocar entre sí por el miedo.

-¡Muéstrate!-ordenó Silver a aquella voz intentando parecer autoritario, aunque se le notaba el temblor en la voz.

La canción paró de oírse y por unos segundos volvió a reinar el silencio en aquel bosque, que por momentos me parecía más y más tenebroso y oscuro. Al poco una risa algo maléfica empezó a resonar por todo el lugar, taladrándome los oídos con sus agudos "Ja, ja, ja".
 Todos los piratas, incluído yo, miramos al Silver, el cual frunció el ceño y su miedo se transformó en rabia. Si había algo que no le gustara a Silver, era que no le tomaran en serio.

-¡Maldito, muéstrate de una vez!-Ladró con una fuerte voz, saliéndo de su escondite y alzándo el puño al aire sin quitar la otra mano de su revólver, el cual no dudaría en utilizar fuera quién fuese.

De entre los árboles apareció Flint, haciendo que muchos de los piratas contrajeran su rostro en una mueca de asombro. En su mano izquierda llevaba una gigantesca botella de ron, estaba medio vacía. ¿Tanto había bebido ese hombre? No puedo creerlo.

Silver abrió la boca para hablar ante la mirada expectante de todos, apenas intentó decir una palabra, una bulto algo grande cayó desde un árbol sobre Silver. Este bufó y ahogó un grito al dolorido y miró hacia el supuesto bulto, que era un aturdido Morgan con hojitas enredadas en el cabello y con cara de mareo.

No pude evitarlo más y empecé a reírme a carcajadas, señalándo a Morgan que aun no sabía donde estaba. Los demás, incluído el borracho de Flint y el mareado Morgan. Todos reíamos a carcajadas ante la mirada fulminante de Silver, que apartó a Morgan de un empujón, pero seguidamente estalló a carcajadas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota. 10