jueves, 12 de abril de 2012

Raúl Siles Glez. 2ºC . En busca del tesoro.

…Según me contó mi abuelo, su hermano mayor pasó su vida buscando el tesoro. En el último intento, fue atrapado por unos viejos bucaneros, que llevaban un barco con bandera portuguesa. Pasó unos seis meses encarcelado, hasta que pudo huir en uno de los atraques en un puerto español. Allí, se hizo amigo de un andaluz, que era un caza tesoros y que al igual que él, pasó su vida buscándolos.
Ambos bebieron y pasaron muchos momentos juntos. Según le decía el andaluz, en un pueblo al norte, había una cruz de oro, cuyo valor era incalculable.
Decidieron aventurarse y fueron a un pueblo llamado Cangas de Onís; tras varias semanas de búsqueda, encontraron en el río que pasaba bajo el puente: La Cruz de la Victoria; ésta fue la que el rey Don Pelayo alzó en la batalla de Covadonga, donde las tropas asturianas derrotaron a las musulmanas. Al verla, los dos gritaron: ¡Victoria!, ¡la hemos encontrado!.
Mi tío no paraba de decir: ¡es la cruz, es la cruz…!.
Este tesoro encontrado fue muy recompensado por los gobernantes españoles, en público reconocieron y felicitaron a mi tío y a su amigo, el andaluz. Les entregaron la medalla de honor y del valor.
Hoy en día, junto a la cruz de la victoria, se puede leer:
Gracias a unos hombres valientes, tenemos esta cruz.

1 comentario:

Damián H. Estévez dijo...

Nota: 8. Tuve que corregir algunos errores de signos de puntuación.