lunes, 6 de febrero de 2012

Ilenia Arocha Alonso 2ºA. Una de piratas



-Ahora sí que la hemos hecho buena, Silver- Dijo Merry.
La tensión se palpitaba en el ambiente. De pronto, se oyeron unos pasos acercándose hacia Silver y Merry, no podían estar más asustados, cuando por sorpresa alguien o algo le había puesto la mano encima del hombro a Silver.
Los pelos de la nuca se le erizaron, el corazón parecía un caballo desbocado. La mano o lo que quiera que fuese, era frío como los pies de un muerto y a la vez cálida como la piel de un humano. Eso le desconcertó bastante, puesto que el solo conocía a una persona con esas características.
-¿Quién o qué eres? Preguntaron los dos muchachos a coro, sin siquiera voltearse a mirar.
-Silver, parece mentira que no me reconozcas después de tanto tiempo a mi lado.- Dijo una voz ronca.
-¿Jack? ¿Eres de verdad tú?- Dijo Silver muy sorprendido.
Jack era un medio hombre medio droide, ya que una vez en un naufragio interestelar Jack por poco casi muere, un doctor llamado Heins Doffensmirz, no recuerdo muy bién, fue el único médico capacitado y capaz de operar semejante desastre. La única manera de salvarle la vida fue implantarle órganos y medio cuerpo de droide.
-Por fin habéis encontrado el maldito tesoro del viejo- Dijo Jack
Todos los hombres de Silver estaban atónitos en el suelo.
-Es, es, es Jack, por fin ha vuelto- Dijo una voz temblorosa proveniente de uno de los hombre de Silver.
Todos corrieron hacia él, en estampida, hacia Jack, en especial Etam.
Etam era el compañero inseparable de Jack, hasta que Jack desapareció en aquel abordaje. Etam, era una bolita rosa y flotante.
Así la historia acabó, todos felices y compartiendo ese inmenso tesoro, y bebiendo ron añejo, de los mejores de las bodegas de Jack.
Comieron felices y bebieron ron perdices.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota: 6. Tuve que corregir un poco la ortografía y los signos de puntuación.