martes, 7 de febrero de 2012

Erin Amador 2º A UNA HISTORIA DE PIRATAS


Morgan, junto con los demás piratas, se levanta del suelo de un brinco, recoge sus pertenencias y se encamina junto a los demás hacia el barco.
- ¡¿Pero qué hacéis, cobardes?! - exclama Merry, sin moverse del sitio.
 - ¡¿Cómo nos has llamado?! - grita Morgan, abalanzándose sobre Merry -. ¡No te atrevas a llamarme así, cerdo!
- ¡Ehhh! ¿Pero, qué....? ¡Ya verás! - De repente, la situación se convierte en un auténtico gallinero: puñetazos, patadas...
 Para colmo, los demás piratas animan la pelea y arman un enorme estruendo:
- ¡Ahaa! ¡Jo, jo, jo! ¡Ehhee!
Silver hace un pequeño intento por detener la pelea, pero resulta en vano.
- "...Quince hombres sobre el baúl del muerto...
¡Yujujú, y una botella de ron!..."
De repente, todo queda en silencio, los piratas parecen petrificados y sus caras se van tornando blancas lentamente. A lo lejos, se vuelve a oír un ruido, y todos giramos la cabeza en esa dirección esperando ver algo... Nada, los árboles nos lo impiden. Entonces, la canción, se oye de nuevo:
- "...Quince hombres sobre el baúl del muerto...
 ¡Yujujú, y una botella de ron!..."
Tras pasar unos minutos, los piratas consiguen reaccionar. Recogen sus pertenencias rápidamente e intentan caminar aprisa hacia el barco, a pesar de los tembleques de sus piernas.
- ¡Daos prisa! - Exclama Silver, mientras me levanta bruscamente del suelo, agarrándome por el hombro -. Esto no puede ser nada bueno...
- ¡Es por ahí! - Indica Merry, señalando hacia un claro visible a lo lejos.
Todos empezamos a caminar apresuradamente. De repente, oímos un ruido y miramos a nuestro alrededor...Nada. Morgan, víctima del miedo, saca su pistola y empieza a disparar hacia todas direcciones:
- ¡Largo, vete! ¡ Maldita sea, largo demonio!
Los disparos cesan y todo queda en silencio. Entonces, por cuarta vez, la canción se vuelve a oír:
- "...Quince hombres sobre el baúl del muerto...
 ¡Yujujú, y una botella de ron!..."
Silencio. Se oyen pasos, primero lejanos y suaves. Reviso con la mirada, estamos todos: Silver, Morgan, Merry.... Los pasos no son nuestros. Entonces, se empiezan a oír cada vez más fuertes, pasos largos, cada vez más cerca...
- ¡Corred, estúpidos! ¡Corred! - Grita Silver.
Todos corremos, una bruma espesa nos impide ver, corremos desorientados. Los pasos se acercan, se oyen crujidos, ramas y hojas pisoteadas, nuestra respiración entrecortada, cada vez más y más fuerte. Un golpe. Un grito ahogado.
- ¡ Ahh!
Es Morgan, su pierna ha quedado atrapada bajo una roca. Merry, consigue difícilmente sacarlo. No puede caminar, así que lo lleva a la espalda. No hay tiempo... Seguimos corriendo, nuestras piernas parecen cada vez más pesadas, nuestros pasos se vuelven torpes y parece que damos vueltas en círculo...
Sin saber cómo, conseguimos llegar a la playa. Los pasos del extraño se detienen en seco, parece que ya no nos sigue. Al menos, no oímos ningún ruido que nos lo indique. Sólo se oyen los gemidos de Morgan. Divisamos el barco a lo lejos y, en la orilla, la pequeña barca. El último tramo. Al llegar a la barquita, los piratas agarran los remos y reman con fuerza hacia el barco. Nadie mira atrás.
Ya dentro del barco, sin dar explicaciones a los demás piratas, zarpamos apresurados.
- ¡Arriad velas! ¡Arriad velas! - Grita Silver desesperado.
Ya en altamar...
No sé que pasó en aquella isla, aquellas pisadas, la canción. Aún resuenan en mi cabeza. Han pasado cosas extrañas, inexplicables...Nadie ha vuelto a hablar de ello. Se oyen muchas leyendas sobre esa isla, dicen que está maldita, que allí habitan epíritus que vagan eternamente...Nunca sabré qué era, pero no volveré para descubrirlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota: 10 ¡Excelente trabajo!