sábado, 6 de noviembre de 2010

Javier Navarro Martín 2ª C Me gustan los baifos

   Era un día de verano y Marcos y Pedro jugaban a hacer castillos de arena en la playa. Pedro era un niño de diez años, bajito, moreno y regordete mientras que Marcos era un niño de once años, alto, flaco, rubio y llevaba un zarcillo en la oreja. Los dos miraban atentamente a una chica muy guapa que estaba bañándose. Un momento después un chico mayor se acercó a ella y la besó.
   -¡Mira el nota ese! –dijo Pedro.
   El chico mayor escuchó esto y le dijo:
   -¡Cállate machango!
   -Deja a mi amigo en paz, laja –dijo Marcos.
   Entonces el chico mayor se reviró y fue corriendo hacia él.
   -¡No seas zoquete, Marcos, corre!
   Marcos corrió todo lo que pudo pero enseguida se encontró envuelto en las piñas del chico. Pedro intentó ayudarle pero el chico le dio un empujón y lo estampó contra su castillo de arena.
   Marcos no sentía su cuerpo; estaba inconsciente.
   -¡Marcos despierta!
   Marcos se sentía un poco confuso pero enseguida se incorporó.
   -Pedro, he tenido una pesadilla, ¡un chico me mató a piñas!
   -Estás como una cabra o mejor, como un baifo.
   -¡Me gustan los baifos…!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota: 9