Pero lo cierto era que ni en el barco estábamos seguros, esa voz nos perseguía como culpándonos de haber robado el tesoro.
-Teníamos que haber esperado al capitán-. Dijo Merry.
-¡Me estas echando la culpa, si la culpa es tuya y de tu avaricia!-. Dijo Silver.
La discusión se alargó un poco, pero nuestro problema se encontraba justamente allí, en la bodega junto a unos barriles de ron. ¿Qué haríamos con el tesoro?
No queríamos devolverlo pero algo me decíaque si nos lo quedamos la voz que ahora oímos será el menor de nuestros problemas.
Tras haber pasado una noche muy larga, sin apenas dormir, decidí salir a cubierta para coger aire y aclarar las ideas con un buen vaso de ron. Al cabo de unos minutos recordé una historia antigua que hablaba sobre un tesoro maldito como este, en ella se contaba la forma en la que se podía romper la maldición; yo , pensando que no tenía nada que perder decidí probar; asique cogí un farol y comencé a adentrarme en el espeso bosque, una vez localizado la entrada a la cueva donde habíamos encontrado el tesoro comencé a repetir la canción que en la historia contaba. Tras asegurarme de que había hecho el ridículo tal y como contaba la historia volví al barco para poner rumbo a lo desconocido.
1 comentario:
Nota: 8
Publicar un comentario