martes, 7 de febrero de 2012

DANIEL MARRERO HERNÁNDEZ 2ºA (ISLA DEL TESORO)


Pero esa voz no era de una persona de carne y hueso. Esa voz era de un esqueleto, el dueño del tesoro concretamente, había escondido su tesoro en el bosque con el  fin de que nadie lo encontrase y quiere que siga siendo así. Los piratas seguían corriendo, con todas sus fuerzas, atravesando las ciénagas del bosque, los acantilados, y demás zonas peligrosas que tenían que batir para llegar al barco. Llegando a la playa (donde se encontraba el barco para salir de la isla del tesoro) el esqueleto logró alcanzar a el tesoro, pero en una pelea que duro muchísimo tiempo, ganaron los piratas; finalmente, se metieron todos en el barco, junto con todo el botín. Cuando iban a salir, el esqueleto les propuso un trato… Ellos se podían quedar con todo el botín, que perteneció al esqueleto, y a cambio ellos le tenían que dar algo. Pero todo lo que tenían los piratas era ron, comida, agua ardiente… No le podía dar eso, ya que el esqueleto no puede ni comer ni beber. Un pirata del bajo mando vio en la proa un esqueleto de mujer, se lo dijo a su capitán, y se lo dieron para que el esqueleto tuviera compañía. Y así, el esqueleto y los piratas pudieron disfrutar de sus regalos, los piratas se convirtieron en personas importantes, y el esqueleto no volvió a molestar a nadie que naufragara en esa isla, ya que estaría demasiado ocupado con su nuevo acompañante…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nota: 5