Cuando los Víveres se acabaron tuvieron que volver, y mi tío llegó sin un cuarto a Manila, y se metió de empleado en una casa de comercio.
Cuando los Víveres se habían acabado tuvieron que volver con gran desilusión y pocas ganas, mi tío llegó sin un cuarto a Manila pero sí con gran disgusto, a partir de eso se metió de empleado en una casa de comercio.
-Trabajaré un año y volveré a intentarlo-, se decía.
1 comentario:
Nota: 6
Publicar un comentario